Experiencias sobre estrategias en prevención comunitaria de consumos y adicciones a sustancias psicoactivas

Desde los inicios su vasta práctica profesional, María Alicia Riestra y Horacio Tabares no solo se han abocado a desarrollar estrategias de prevención comunitaria de adicciones –ampliamente detalladas en este libro–, sino que han considerado a las drogas como objetos instrumentados por el sistema capitalista para acumulación de activos en sus negocios y como modo de control social. Como bien señalan los autores en su prefacio, el “narco”, organización empresarial delictiva, que habita en los oscuros intersticios del sistema y mantiene relaciones de conveniencia mutua con casi todas las instituciones honorables de la sociedad, ha traccionado la producción de sustancias y su comercialización hasta convertir sus consumos en una condición pandémica. Las drogas se han instalado en las instituciones –entre otras, familia, escuela, etc.– como objetos culturales, aumentando la tolerancia social hacia las ingestas y disminuyendo la percepción del daño que generan. Vastos agrupamientos humanos van incorporando –inconscientemente– la noción de que los consumos son inocuos. Se han establecido “consensos” sobre el hábito de ingerir sustancias psicoactivas, por tanto, el eje de las estrategias en prevención comunitaria debe direccionarse para producir efectos que posibiliten cuestionar estas premisas, reivindicar una vida saludable –construcción solo posible en una sociedad igualitaria, más justa y más amable– donde la felicidad esté asentada en las relaciones con el “Otro”, y no en sustancias químicas.